Un Día cualquiera

Como cualquier otro día me desperté temprano, me vestí y desayuné dos tostadas de mantequilla y un vaso de leche, de camino al trabajo me encontré en una calle estrecha a un vagabundo pidiendo limosna, me paré ante él y escupí sobre su cuenco lleno de monedas baratas, estuvo insultándome hasta que lo empujé con la mala fortuna de caer de espaldas, dejó de respirar.. en la puerta de la oficina y antes de entrar, aparece un niño buscando a su madre, le comento que ha huído y que no volverá jamás, en ese momento veo pegado en la puerta un cartel del sindicato de trabajadores, saco el mechero del bolsillo y le prendo fuego, quedando totalmente carbonizado, por fin, entro con paso decidido a la oficina, y me situo (como una cucaracha) en mi cubículo de tres metros cuadrados, seis horas jugando a la PSP y dos hablando por el teléfono del trabajo a números 806 (entre diálogos entre compañeros, almuerzos, comidas, siesta..)

Cansado de perder el tiempo salgo del cubículo y veo que me estaba buscando el jefe, me empieza a increpar amenazándome con una reducción del sueldo, incluso con despedirme, le explico con una pequeña navaja que su familia puede arrepentirse si me baja un solo euro de la nómina, lo entiende y vuelve a su agujero.

Ya en la calle, y de vuelta a casa, veo a una chica andando sola, me situo frente a ella y le pregunto la hora (minutos antes escondo el reloj en el bolsillo de la chaqueta), la chica sonriente con unos grandes ojos azules me la dice, y empezamos a tener una de esas conversaciones sin sentido que se disfrutan con las mujeres, sobre el trabajo, las aficiones, en definitiva, de basura...

Le invito a tomar un café en un bar cercano, nos sentamos, pido los cafés y cuando me los sirve el camarero para dejarlos encima de la mesa le meto en el de ella unas gotas de éxtasis líquido, con el mareo me la llevo a mi casa y hacemos "el amor", al terminar la levanto en brazos desnuda y la dejo en el portal de la calle junto a su ropa, y una nota con mi teléfono y el recibo del café...

Mañana será otro gran día...